miércoles, 31 de marzo de 2010


Agapito Marazuela
Decía un anuncio televisivo de una marca de coches, todas las listas tienen un número uno. En este caso, no estamos ante una lista, pero sí ante lo que desde La Chinada esperamos que sea una serie artículos que acerquen el mundo del folk y de la música tradicional a los lectores de este portal.
Muy difícil ha resultado el decidir sobre quién o qué trataría el primero de estos artículos. Finalmente, y teniendo en cuenta la región a la que pertenecemos, me he decidido por comenzar por un autor al que mucho le debe la música tradicional y folk de Castilla. Con el permiso de otros grandes folcloristas como Antonio José o Federico Olmeda, más cercanos a nuestra provincia, me gustaría dedicar este artículo a Agapito Marazuela, y a su disco “Folklore Castellano” publicado en 1969 por la editorial Columbia, y reeditado en 2003 por BMG Music Spain S.A.

Agapito

Antes de pasar a comentar el disco, es interesante conocer un poquito de la vida de Agapito. Hasta los 13 años no aprendió a tocar la dulzaina, pero a los 14 ya se ganaba la vida tocando por los pueblos y aldeas. Su maestro fue el dulzainero vallisoletano Ángel Velasco, introductor de las llaves metálicas que actualmente conocemos en la dulzaina y que dan a ésta su carácter cromático. No obstante, en este momento ya llevaba varios años en relación con la música tradicional, ya que, junto a su padre, recorría los pueblos recogiendo material musical, que por aquel entonces corría un grave peligro de desaparición. Afortunadamente, este material no se llegó a perder, y en 1932 Agapito recibe el primer premio nacional de folklore por su obra “Cancionero de Castilla
la Vieja", más conocido actualmente por el título de su reedición de 1964 “Cancionero Segoviano”. Este premio cobra más mérito si se considera que a los 14 años le es vaciado un ojo, y a los 16 operado de cataratas, lo cual le hacía verdaderamente difícil leer. Cabe señalar también, que su instrumento principal fue la guitarra, con la que llegó a ser un gran intérprete.

Y aunque empezó joven con esto del folklore, la jubilación no le llego muy temprano, ya que con más de 80 años, ejercía la docencia en Segovia en un pequeño local cedido por
la Caja de Ahorros, en la “Cátedra de Folklore Segoviano”.

En la actualidad, anualmente se entregan los premios “Agapito Marazuela”. En la versión de nueva creación, el premio de 2009 correspondió al grupo Divertimento Folk, de Valladolid, y ya conocido por tierras serranas.
El disco
"Cuando grabé, creía que el contrato sólo se refería a las veintidós cosas que hay en el disco. Como me cuesta mucho trabajo leer, me fié de ellos. Ahora resulta que no, que les pertenece todo lo que yo grabé, hasta las cintas mías particulares. Columbia me ha propuesto grabar más, pero les he dicho que no, porque no me conviene. No han hecho propaganda del disco y para los siguientes, en vez de subirme los royalties, me los quieren bajar. Del último semestre del 77, sólo me han liquidado tres mil cuatrocientas pesetas (20,83 €) por los discos vendidos, una miseria". Si comparamos esta última cifra con las 30.000 (180 €) pesetas que costaba una dulzaina en aquella época, podremos entender mejor sus quejas.
En la grabación se presentan veintidós temas tradicionales recogidos en las provincias de Segovia, Ávila y Valladolid, pero que sin duda fueron y son cantados e interpretados en el resto de los territorios de Castilla, sino los mismos, versiones muy similares. Los ritmos incluidos en los diferentes cortes son un repaso de los ritmos tradicionales más típicos de nuestra región.
El disco comienza con un tema interpretado por dulzaina y tambor, aspecto que se repite en otras tres canciones de las veintidós. Se trata de “La entradilla”. Este tema es muy utilizado en los discos de folklore de multitud de grupos y a buen seguro nos es familiar. Quizás, la más famosa sea la versión de “La Musgaña”. Si continuamos escuchando el disco nos vamos encontrando con diferentes ritmos y canciones populares que seguro no nos resultan nuevas. Podemos encontrar desde jotas, a fandangos, pasando por rondas y seguidillas, entre otros. En el lado de los instrumentos, además de la dulzaina y el tambor, antes mencionados, podemos escuchar otros instrumentos tradicionales como son la zambomba, el almirez, la guitarra, la botella de anís, las cucharas, si no me falla el oído, aunque el instrumento principal, es el instrumento más tradicional de todos, la voz.
Escuchar el disco completo evoca un gran número de sensaciones que sólo puede producir la música de raíz, de tus raíces. Como comentaba arriba, todos los temas del disco seguramente nos sean conocidos, pero me gustaría destacar algunos, además de “La entradilla”. En el corte número 19 encontramos el tema que da nombre al disco de Zascandil, “La cigüeña” (titulado aquí “Canto a la cigüeña”). En este caso, está interpretado por Agapito, acompañado del almirez. Toda la vida viendo a las cigüeñas, y algunos nunca nos damos cuenta de su importancia. La tradición es sabia y en el canto a la cigüeña podemos descubrir que ella si se da cuenta. De nuevo con el almirez, Agapito interpreta un canto que seguramente todos hemos entonado alguna vez con mayor o menor fortuna, “La molinera”. Este es uno de estos temas que siempre gusta cantar en compañía y que por algún motivo todos venimos conociendo. También podemos encontrar, en este caso interpretado por un coro, lo que el grupo “Candeal” denomina en sus conciertos como el himno de Castilla, “Levántate Morenita”. Quizás menos conocido, pero uno de los temas que a mí más me gusta, es el fandango que aparece en la pista número 15 “Ahora voy a cantar yo”. Si recientemente habéis escuchado a Vanesa Muela, seguro que no se os queda lejos, al igual que el “Fandango de la Moraña” recogido en Ávila y también presente en el disco. Por último, me gustaría destacar la última canción del disco interpretada también con dulzaina y tambor “Las habas verdes”. Dulzaina y tambor en estado puro. En mi opinión, sublime.
Quizás estos temas sean los más conocidos, pero al escuchar el disco, nos daremos cuenta de que todos los demás nos suenan de algo, todos nos llegan dentro, todos dicen algo de nosotros. Por este motivo, entre otros, os animo a escuchar este disco.
Para terminar, contaros que Agapito Marazuela Albornos nace en 1891 en Valverde del Majano (Segovia) y muere en Segovia en 1983. Noventa y un años de vida, que sin duda dieron para mucho, incluso para pasar 50 meses en la cárcel. Si queréis saber por qué, así como otras cosas sobre su vida, os dejo unos enlaces dónde podréis averiguarlo:









Fernández Cocero, Pedro: Agapito Marazuela, el último juglar castellano. Santander, 1976. ISBN 84-400-1756-1


Y por si a alguno le interesa el disco original:






El folklorista animoso

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