Ayer domingo vine a Madrid acompañado por una interesante tormenta de nieve y viento perrero. Lo bueno fue que no había mucho tráfico para entrar a la capital gracias a dicho clima. A las siete de la tarde ya estábamos en Móstoles tomando unas cañitas y unas tapas. Yo estaba totalmente inmerso y concentrado en la grabación porque había disfrutado de un fin de semana tranquilo en casa. Alberto, por el contrario, estaba disfrutando de un intenso fin de semana laboral en Ifema y Eduardo, totalmente relajado en Duruelo, estaba en las antípodas a nosotros dos, a base de menú de cebada desde el viernes. El productor, Raúl, no había dormido apenas, tras realizar un maratoniano fin de semana de rock y carretera desde Alicante hasta la Coruña.
Así que estamos plantados en el estudio, sin nada preparado, para rematar las canciones. Con todos los riffs grabados empezamos a trabajar en plan “tormenta de ideas”. Raúl con la guitarra es tremendamente creativo, sus solos parecen imposibles, entre otras cosas porque es zurdo y toca la guitarra de diestros. Esa peculiaridad hace que sus construcciones tengan una lógica, pero su lógica es al revés que la mía. Sus desarrollos son muy viscerales y abstractos. Tras elaborar el concepto, me lanzo al vacío improvisando en base a la suma de sus ideas y de mis viejas costumbres. Los resultados me encantan, las canciones toman una dimensión extra sin cambiar nada de su esencia. Raúl me descubre cosas que había en cada canción, cosas a las que yo no había quitado el polvo.
Para comer: mayoría absoluta de lentejas. En el segundo plato no hay consenso. Por cierto, olvidaba decir que el segundo desayuno ha sido universal. Hemos trincado la barraca y nos hemos presentado todos en el bar.
Durante la tarde aparece el relax gracias a sensación del deber cumplido. Y también porque llegan las visitas, caras familiares que resultan agradables de ver (véase foto). Lástima que no tenemos un saxofón a mano para que Chus nos meta unos pitidos en el disco. Mientras estamos esperando a que Alberto venga de currar, nos entretenemos haciendo arreglos de percusión golpeando sillas, tambores y otros instrumentos exóticos que nos suministran en la Taf.
A las 20:00 el ampli de bajo ya está caliente y llega Alberto para recalentarlo. De momento toca buscar sonido. Las tomas de bajo serán para el próximo día.
Yo tengo 250 km que recorrer para volver a la realidad.
Cope
THE THREE GENERATIONS
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