jueves, 8 de abril de 2010

Día 7 Las voces, arreglos, y hasta luego

A pesar del manifiesto cansancio nos ponemos a trabajar. Empezamos con las voces. Ya tenemos elegido el micro a usar, esta vez nos hemos decantado por uno de pedigrí y precio desorbitado. No nos ha costado mucho decidir, pero hemos probado por eso de experimentar. Tras realizar varias tomas, nos paramos a escuchar. Ya se ve una idea clara de cómo será el resultado final, y ese resultado nos empieza a gustar tremendamente. La cosa tiene mucha garra, así que nos paramos un momento a reflexionar sobre los pasos que quedan por dar para que el producto final sea definitivo. 

Amanece un nuevo día, en una nueva ciudad, en un nuevo estudio. Desde las nueve de una mañana gélida se empieza a trabajar en Neo. Se arranca la maquinaria, se revisan las pistas y el trabajo realizado en Madrid. Se monta la microfonía y se edita un poco hasta la hora de comer. Alberto, Eduardo y Raúl deciden acercarse hasta Fuentespina para elegir un menú entre 15 primeros y 15 segundos platos. Al terminar de zampar su valoración del restaurante es unánime: “Estamos hinchados”. Cuando me los encuentro tienen los andares de los perros viejos y resoplan. Sigo observando su comportamiento y veo que se muestran tremendamente ágiles para pillar alguna de las sillas libres del estudio. 

La parte final de la tarde decidimos dedicarla a introducir refuerzos de guitarra y bajo. Gracias a los arandinos, “Yani Como”, nos hacemos con una fender telecaster. Para hacernos con la fender nos tenemos que acercar hasta el centro de Aranda, lugar donde nos ponen una multa por estacionar en zona azul (sin abonar).

Usamos la fender para sobredimensionar los estribillos y después pasamos a grabar “bajos doblados” con distorsión. Las canciones empiezan a engordar por momentos de forma que inundan el habitáculo en el que nos encontramos.

Con la euforia que nos entra, por la sensación de dar en el clavo, llega el cachondeo. El Berri, se arranca a cantar Hardcore sobre las pesadas guitarras que se casca Raúl. También ha llegado el momento de las visitas, gentes de Aranda y algunos residentes serranos.

A las once de la noche ya estamos cansados  por segunda o tercera vez. Estamos entre cenar, continuar o dejarlo para otro día. Finalmente preferimos dejarlo para otro momento de mayor concentración. Esta vez haremos un paréntesis más largo, la agenda de Raúl está llena hasta finales de mes.

Nos retiramos cada uno por nuestro lado. Ya hemos quedado para finales de marzo y estas páginas serán retomadas entonces.

Nos vemos.

Cope








 

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