sábado, 1 de mayo de 2010

La zanfona y Germán Diaz


A cuadros. Así fue como me quedé yo cuando en uno de los años que estrenaron el siglo, presencié por primera vez un concierto del grupo de fusión folk Rao Trio en el Café Herminios de Valladolid. Aunque posteriormente los escuché más veces en directo, por ejemplo en el mítico y difunto Café España, situado en la Plaza de Fuente Dorada, también de Valladolid,  recuerdo aquel concierto de un modo especial. En primer lugar, por la compañía, acompañado del Tío Chemita, personaje que casi merece un artículo propio, y por otro lado por esa extraña sensación de “qué cojones de instrumento está tocando este pollo”. Porque claro, resulta que vas jovenzuelo y sin haber catado prácticamente internet a un concierto de música, y por supuesto sabes lo que es un bajo eléctrico, y, cómo no, una batería, pero y el trasto aparato que viene tocando el señor (más bien chaval) de negro, ¿qué viene siendo? Ahora lo tengo claro, pues una zanfona, que va a ser, la archiconocida viola de roda. El último elemento resaltable del concierto fue el ambiente que se formó en la sala. Pero no vamos a hablar en esta ocasión del concierto, ni tampoco del grupo, sino de su solista y un disco anterior, El suéter de Claudia. Aunque algunos no identifiquen este tipo de música como la tradicional castellana más pura, si escuchamos bien el disco descubriremos que sí lo es, quizás se utiliza el término música tradicional joven, o quizás, simplemente fusión folk, qué sé yo.
La zanfona

En este artículo, además de conocer una persona y un disco, como se repetirá en diferentes artículos, me gustaría que conociésemos también un instrumento. Se trata, como es de imaginar de la zanfona. Lejos de hacer un exhaustivo análisis de la misma, simplemente me gustaría que la próxima vez que veamos una, sepamos lo que es y lo más básico de su funcionamiento.
La zanfona es conocida en toda Europa y es referida con una gran cantidad de nombres como son, viola de roda o rueda, hurdy gurdy, gaita zamorana o zanfonía, tal y como aparece en el diccionario de la RAE. No obstante, si queremos saber lo que es una zanfona mediante la búsqueda en el diccionario de la RAE es mejor que nos vayamos a la definición de gaita zamorana, que a la de zanfona (zanfonía). Las primeras versiones de la zanfona, pueden remontarse al siglo IX y, por lo visto, era un instrumento típico en el Imperio Bizantino. No obstante, las primeras versiones del instrumento son tocadas entre dos personas, una se dedicaría a girar la rueda y la otra a manejar el teclado. Posteriormente, se reduciría el tamaño de la zanfona, de modo que se convertiría en un instrumento solista tal y como lo conocemos hoy en día. Desde su aparición es utilizada para diferentes tipos de música, desde la música religiosa, en sus orígenes, a la corte francesa durante el reinado de Luis XV en su época dorada. Incluso compositores de la talla de Haydn o Vivaldi llegaron a componer obras para este instrumento.  Pero quizás el lugar que durante más tiempo ha ocupado la zanfona haya sido el de la música popular, ya que fue instrumento de juglares, trovadores, mendigos, y durante finales del siglo XIX y principios del XX, de ciegos. En España, se publica un libro titulado “La zanfona” en 1956, escrito por el lucense Santiago Santalices.  A partir de este momento la zanfona vuelve a ser considerada por los folkloristas, y poco a poco, va apareciendo en diferentes trabajos de folklore.
Una vez vista su procedencia veamos cómo es una zanfona. Aunque existen diversas variedades, puesto que la zanfona es tocada en muchos puntos de Europa, se pueden destacar las siguientes partes comunes en la misma:
-          La rueda resinada: Es la encargada de hacer vibrar las cuerdas para conseguir el sonido. Su giro se produce mediante el giro de la manivela.
-          Las cuerdas: Son las encargadas de producir el sonido mediante su vibración. Una zanfona actual puede llegar a tener hasta 23. Se pueden distinguir melódicas, bordones, rítmicas (o trompetas) y simpáticas (que vibran sin necesidad de tañerlas, porque entran en resonancia).
-          El teclado. Su función es variar el tamaño de las cuerdas de modo que se consigan diferentes sonidos. Actualmente las teclas se pulsan pero en los orígenes del instrumento se tiraba por lo que su ejecución era más compleja.
-          La caja de resonancia. Además de dar forma al instrumento, es la encargada de amplificar los sonidos producidos por las cuerdas. Hay de diferentes tipos, aunque en España es habitual que tengan forma de guitarra.
¿Y quién toca la zanfona? Pues mucha gente y cada vez más, pero por hoy, conozcamos a un excelente zanfonista de la tierra, más en concreto de Valladolid: Germán Díaz.
Germán Díaz

Nacido en Valladolid en 1978 y la dedicación a la música supongo que le vendría de serie, al ser sobrino del músico y folklorista Joaquín Díaz, que bien merecería otro artículo. Realiza los estudios de solfeo en el conservatorio de su ciudad y comienza los estudios de guitarra en un centro privado. Posteriormente se licencia en filología clásica, cursando además un postgrado sobre la tradición. En 1999 fue galardonado con el premio Racimo de Oro de la música por su labor de recopilación y difusión de la música tradicional.
¿Y la zanfona, dónde está? Pues bien, en 1996 se apunta a un concurso de canto tradicional convocado por la Junta de Castilla y León. Obtiene el primer premio que conlleva una dotación de 200.000 pesetas (1.200 euros). Decide invertir este dinero en un instrumento, y la casualidad, o vete a saber qué, le pone en contacto con una zanfona de segunda mano que pone a la venta Carlos Beceiro, reputado músico perteneciente a La Musgaña, entre otras formaciones. A partir de este momento, ya tenemos la unión Germán Díaz – Zanfona.

Los cursos y seminarios de
la Asociación Ibérica de la Zanfona le acercan a grandes figuras europeas del instrumento, con lo que va adquiriendo cada vez mayor maestría en el instrumento. Además aparecen trabajos con algunos de estos músicos, como el disco editado en 2004 con Pascal Lefeuvre, considerado por algunos el mejor zanfonista del mundo, “Dúo de Fuego”. Además de esta formación, podemos encontrar a Germán Díaz en numerosas formaciones, llegando a editar casi una decena de discos como autor o coautor, y más de un centenar de colaboraciones en grabaciones y directos de otros grupos, algunos muy conocidos como por ejemplo, Nuevo Mester de Juglaría, Joaquín Díaz, María Salgado o Acetre, entre otros.
Una de estas formaciones, es  Rao Trio, conjunto con el que empezaba el artículo. En el 2003, Rao Trio fue elegido por el INJUVE para representar a España en el circuito Europeo, y en 2006 Rao Trío representa a Radio Nacional, Radio-3 y al programa Discópolis de José Miguel López, en el festival internacional de la Unión europea de radios, en Finlandia. El mismo José Miguel explica en la introducción del libreto del disco de Rao Trio “Sin Título”, el actual momento que vivimos de reinvención de algunos instrumentos ancestrales por parte de una serie de músicos intrépidos.
Pero el disco que hoy conoceremos no será ninguno de los citados anteriormente si no otro. Un disco grabado por Germán Díaz, con algunas colaboraciones, y que seguro, no les deja indiferentes.
El Suéter de Claudia

Editado en 2003 por DRO east west, “El Suéter de Claudia” es un disco íntegramente instrumental.  En él podemos encontrar tanto temas tradicionales, como temas de reciente composición, algunos de ellos pertenecientes a Germán Díaz, pero no todos. Suman un total de once canciones que en conjunto forman un disco muy envolvente. Escuchar el disco completo nos puede proporcionar un estado de bienestar  difícilmente imaginable cuando sales por la mañana de casa en una ciudad de cuatro millones de habitantes. Si no se lo creen, hagan la prueba.
Aunque todo el disco merece la pena, me gustaría destacar algunos de los temas, y como no podía ser de otra forma serán aquellos más tradicionales. Estos temas, es seguro que en alguna ocasión los habéis escuchado previamente, aunque no tienen por qué parecerse a las versiones que encontraréis en este disco. La canción número cuatro del disco, llamada Chipre, es uno de ellos. Aunque parece ser que su autor es anónimo, su nombre puede definir bien el tema, ya que nos evoca un mundo mediterráneo en el transcurso de su melodía. Tras Chipre, nos encontramos en la pista número cinco con un tema eternamente presente, al igual que el que ocupa el corte número ocho. Ambos pertenecen al cancionero de Agapito, no obstante, el estilo en el que son interpretadas, difiere bastante. La primera de ellas es la Jota Antigua y está interpretada con bajo, zanfona y percusión. En todo el tema se aprecia la excelente técnica de zanfonista y bajista, así como una gran complicidad en algunos momentos en los que el bajo abandona su función rítmica para convertirse en el compañero de dúos del solista. Este estilo, es totalmente sustituido en el segundo de los temas al que antes nos referíamos. En este caso, Germán nos ofrece una versión de la Entradilla, en la que la sección comparte el protagonismo con la zanfona, alternándose en casos, el papel de solista, entre algunos instrumentos, y la zanfona y llevando a cabo bonitos dúos, entre los que destaca el compartido con la trompeta.
Los dos últimos temas que me gustaría destacar son el que da título al disco, El Sueter de Claudia, situado en séptima posición, y el último tema del disco, titulado El Medallón. Ambos temas han sido compuestos por Germán Díaz. El Suéter de Claudia, se trata de un tema dinámico, uno de los más frescos de disco. De nuevo los vientos hacen su aparición y, de nuevo, vuelven a sorprender. Destaca la perfecta armonía encontrada en los dúos creados con trompeta y bajo al final del tema. En cuanto al que cierra el disco, El Medallón, me gustaría destacarlo, dejando aparte su calidad sonora, por su origen, que por lo menos a mí me parece muy pero que muy tradicional, y si no se ve, sólo hay que escuchar coplas tradicionales. El propio Germán Díaz explicaba su origen así: “Tiene una curiosa historia esta canción: un concierto en Valladolid, en una de las pocas salas de interés en la estepa, la Sala Ambigú. Un grupo gallego presenta su último disco, y entre los músicos hay una preciosa pandereteira que lleva sobre su pecho un curioso medallón blanco, oblongo y nada discreto. Durante la actuación me intereso en el adorno y fija que te fija, descubro que el presunto medallón no es tal, sino que se trata de una violenta apertura de la chaquetilla negra de la divina en cuestión, sobre un ajustado body blanco, propiciada por la natural fisionomía del tórax de la artista. La impresión fue la que retrata esta melodía. Ustedes juzgarán la dimensión del hallazgo.” Folklore puro.
Más
Como podréis comprobar en su página web si he conseguido que les pique el gusanillo por saber algo más de Germán Díaz, el elenco de grupos de los que forma parte es bastante amplio y diverso. Se le puede encontrar en grupos de fusión, como por ejemplo, Rao Trio, o en grupos de free jazz, como Marisco Fresco, pero también en solitario. En la formación de a uno, es como yo le he visto en la última ocasión en una pequeña iglesia de un pueblecito de Álava y con apenas una treintena de asistentes, lo que hizo más espectacular todavía la velada. El nombre con el que ha titulado el espectáculo es “Pi”, número muy relacionado con la circunferencia, como todos ustedes saben, y en él están presentes distintos instrumentos de manivela”. En el concierto se encuentran aspectos situados en las antípodas de la música. Tenemos desde la precisión de una partitura interpretada por una caja de música, hasta la total improvisación del artista que va grabando diferentes bases circulares sobre las que improvisa en el momento. Entre los distintos instrumentos de manivela podremos encontrar el órgano de barbaria, que seguro que no saben como es, así que ya no pueden faltar… Dejo un enlace para abrir boca:
De veras les recomiendo asistir a alguno de sus conciertos, y en especial si pueden verlo con Rao Trio y en locales pequeños sin excesivo público, ya que a medida que se va encontrando cómodo, las sensaciones que transmite son mucho más puras.
Por último, y para finalizar el artículo de esta semana, que espero haya sido de su agrado, les dejo una serie de enlaces en los que podrán descubrir muchas más cosas sobre el artista y la zanfona. Entre ellas, una que seguro más de uno se ha preguntado, quién es Claudia:






































El folklorista animoso


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