sábado, 1 de mayo de 2010

Días 8º y 9º . Voces en Neo Studios



Hoy me planto en el estudio Neo de Aranda a las cuatro de la tarde. Me he levantado a las seis de la mañana y ya me he chupado una excelente jornada laboral, excelente en cuanto a su densidad y longitud. Esta vez me voy a tragar dos días de grabación yo solo, el resto están currando en un festival tecno. Estoy con buena predisposición gracias al plan que me espera: dos días de grabación y cuatro de semana santa, para el gozo del alma. Antes de llegar a Neo he pasado por el hotel para dejar cuatro trastos…, bueno uno.

Cuando llego veo que Raúl ya ha estado trabajando en nuestras canciones durante toda la mañana. La cosa cada vez suena mejor. Así que nos ponemos a la tarea, colocamos la microfonía, y empezamos a trabajar el sonido de voz.Al principio tengo las cuerdas vocales agarrotadas, tiesas como…, pero me empiezo a arrancar rápidamente mientras probamos. Por momentos me empiezo a encontrar cada vez más a gusto. Así que toma va toma viene, “repite la estrofa”, “échale más jeta”, “vamos a por otra”, se pasa la tarde. Lo de cantar es más chungo que grabar guitarras. Me tiro toda la tarde dando voces, respirando unas cinco horas de forma anormal, y bebiendo agua a balagueros, y meando a balagueros.

A eso de las once decidimos que sin cenar no se puede estar. Llegamos a esta conclusión sin divagar mucho. El poder del estomago está por encima del poder de la mente. En  cuando llegamos al restaurante me trago una cerveza, con ansia, para desconectar del agua. Para cenar, recuerdo que estamos en Aranda, productos de la tierra y una buena botella de vino para dos. Del restaurante salimos contentos.

Raúl tiene que hacer unas llamadas de teléfono, y como hay que madrugar nos vamos al sobre. Ya en el hotel hago un poco de gasto de wifi. Como estoy solo busco a mis amigos virtuales para charlar un poco antes de dormir.

A la mañana siguiente tengo un reconocible dolor de cráneo. Se me pasa con una ducha.

Quedo con Raúl para desayunar en una excelente y bonita cafetería con grandes ventanales. Compramos un poco de prensa no muy seria y nos vamos al estudio. Antes de empezar a grabar arreglamos un poco las canciones. Y después, al ataque, voces, más agua, más visitas al baño, caramelos, cafés, comilona, voces, agua…hasta las once. Termina el día, repasamos la tarea hecha, y nos despedimos hasta el segundo fin de semana de abril. Nos vamos del estudio eufóricos, por los resultados supongo, aunque tener cuatro días de fiesta por delante también levanta el ánimo a cualquiera.

Nos vemos. Dos días más y a mezclar.

Cope

 

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